domingo, 22 de febrero de 2009

Noticias de ayer


Tomás & Evie... vení que te como toda!



En ésta foto me hace re-acordar a mi Abuela Carmen


Con los baldecitos que le regaló la Abuela


Intenté hacerle un sombrero de esos de albañil... no me salió

No sólo él pesa cada vez más y yo cada vez menos;
a él le crece el pelo y yo me voy quedando pelada.
Asi que tomé medidas drásticas.


En orden cronológico pero en reverso.


Anoche Tomás durmió en su propio cuarto. Contrariamente a mis pronosticos, me pude dormir igual sin él en la habitación. Lo mudamos porque ultimamente se despertaba muchas veces y no dormía nadie en esta casa. Asi es que cansadísima como estaba casi ni me di cuenta que nos habiamos separado. Lo mismo él. Se despertó para su teta de las 5 y pico y ya, ningun problema. Esto de tener un hijo tan independiente me rompe el corazón.

Hace 3 días Tomás empezo a gatear. O quizá haga mas tiempo, no lo sé. Se mueve apoyándose en los antebrazos y las piernas, sin levantar la panza del piso, estilo colimba. Es bastante efectivo; en sus incursiones ha logrado meterse abajo de una silla y quedarse atrapado, desenredar los cables del equipo de audio que nunca pudimos ordenar nosotros y probablemente haya comido más basura de la que me gustaría.

Hemos ampliado el menú. Ya no es solo zapallo sino tambien batata, nabo y una cosa que no se como se dice en castellano que se llama swede. También manzana, pera y yogur. Ayer le dimos media banana entera y se la manduco bastante bien, incluso con un poco de arena de Puerto Madryn que había quedado en el chango de las vacaciones. Toma fórmula de vez en cuando y me sigo sintiendo tan culpable como la primera vez que se la di, pero la verdad es que a veces estoy agotada y esta bueno que la mamadera se la de el padre.

Vinieron su tía y su primita a visitarnos. Fuimos a nadar (una vez en la pileta lo pasamos genial, pero el antes y el después son una experiencia calamitosa que no tengo muchas ganas de repetir). Mientras nos cambiabamos Tomás se cayo para un costado adentro del corralito y se golpeo la cabeza contra la baranda de madera. Asi adquirió su primer chichón.

Tomas estuvo convencido de que su prima (un mes más chica que él) era un juguete: la quiso morder, apretar y pellizcar. Me encantó tenerlos durmiendo a cada uno en una habitación, en la casa de su abuela, que no los llegó a conocer pero que de algun modo les dio la bienvenida a esta casa a los dos.

Encontramos casa y nos estamos por mudar. Ni idea como voy a hacer para embalar todo mientras cuido de un bebe que ya gatea pero algo se me va a ocurrir.

Ah... y Tomás ya paso lo 10kilos. Su padre, yo y nuestras espaldas nos estamos moviendo mucho menos de lo que solíamos hacerlo.

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