La excusa es que no tengo ganas o que siempre me olvido. Pero la verdad es que el día que tuve que guardar la ropita de recién nacido de Tomás me largué a llorar porque mi bebé estaba creciendo muy rápido (bue.. además estaba puérpera).
El tema es que ayer, cuando lo ví así en su cochecito, me di cuenta de que no lo puedo postergar mas: Tomás necesita coche nuevo porque en éste ya no entra. Cada día falta menos para el momento inevitable: cuando me informe dulcemente "Mamá, me voy a vivir con mi novia".
domingo, 23 de noviembre de 2008
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5 comentarios:
Pasalo ya a la silla!! vas a ver que contento va a ir mirando todo.
Si, es un poco triste ver como crecen, ademas que una se da cuenta que mientras ellos crecen una envejece! horror! pero tambien viene la etapa copada que hablan y juegan solitos y aprenden cosas nuevas todo el tiempo.
Pensa en positivo, es preferible que diga que se va a vivir con la novia a que diga , "ma, viene mi novia a vivir con nosotros"
Yo que vos compro directamente uno que se pueda hacer doble :P Te queda demasiado bien la nena ;)
El drama es que eso de llevarse a la novia a vivir a lo de la madre corre en la familia! Más vale que se vaya con esa loca a que me la traiga a vivir a casa, de una.
me paso igual cuando tuve que guardar la ropita de recien nacido... ni en pedo la regalaba, esa me la quedo!
Hola! Llegue por el blog de Wishi y me senti totalmente identificada con lo que pusiste de la ropita de recien nacido.... yo tambien me largue a llorar y cada vey que pasa al talle siguiente, se me pianta un lagrimon.
Que lindo bebe tenes! Felicitaciones!
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