Tomás se parece mucho a su papá físicamente. Yo me rompo la cabeza tratando de observar algo, alguito en lo que se parezca un poco a mí. Los hallazgos hasta el momento dejan bastante que desear.
Tomás llora, habla y se queja dormido. Solamente mi hermana, que compartió la habitación conmigo por 16 años, sabe la tortura que esto significa.
Rubio: Muy bien Tomás! Tu mamá va a estar re orgullosa de vos!
Yo: Qué hizo?
Rubio: Puso un juguete adentro del canasto, igual que vos.
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1 comentario:
jajaja, seguro que adora las cajas tambien!!
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