Anteayer no teníamos a que trabajar asi que fuimos los tres a la pileta. Es poca la gente que se le anima al agua cuando hacen temperaturas cercanas al 0 asi es que tuvimos uso casi exclusivo. La verdad es que estuvo bueno, hacia casi un mes que Tomás y yo no íbamos. Lo que más me gustó fue poder nadar en la pileta grande mientras ellos se vestían. Yo nunca disfruté mucho de nadar pero un tiempo antes de quedarme embarazada me lo recomendaron para la espalda y empecé a ir seguido. Hoy me dio una nostalgia mientras nadaba! La última vez lo había hecho con una panza de nueves meses y sentía cómo se movía Tomás adentro mio.

Despues fuimos a devolver unos libros a la biblioteca. Nos hace morir de la risa este pibito, es una pena que en estas fotos no se le vea la cara: era un hombre con una misión, serio, caminando decidido mientras arrastraba la bolsa de los libros contra la nieve y el hielo. Al llegar los metió de a uno en el buzón de las devoluciones y pedía má, má, má! (más).