Manteca, chavs y Kaplinsky

Esta mañana estuve en West London (para los que no conocen Londres: en West London viven Madonna, Hugh Grant, Sienna Miller y Claudia Schiffer; en East London viven los barbudos que ponen bombas en los aviones, mis amigas, mi marido, Tomás y yo.) Me meti a desayunar en el único lugar que encontré abierto, un café orgánico con mesas enormes de madera que todo el mundo compartía (porque no le quedaba otra).


Me tome el mejor Earl Grey de mi vida y me trajeron unas tostadas de pan integral casero muy ricas con manteca de verdad (con toda la grasa) y una mermelada de frutillas casera que se partía (y eso que ni me gustan las frutillas). Algunos leían el Guardian, otros escribían en sus laptops (mientras más al oeste de Londres te vas, mas alto es el radio laptop/gente en los cafés), otros conversaban, una mamá le daba el desayuno a su hija-sin-gritar-ni-insultarla. Todo muy civilizado. El contraste perefecto a mi frapuchino cotidiano rodeada de chavs y alcoholicas Essex Mums.

(Lo bueno de dar la teta es que te podes comer la manteca de verdad sin culpas y que todavia te queden ganas de probar la mermelada de higo que le trajeron al de enfrente)

El tema es que por mas que lo orgánico me chupe un huevo, el cafecito este me encantó, me gusta esa onda tranqui, sin botas Ugg, sin arete de oro medio kilate, sin maquillaje hasta la coronilla, sin madres gritándole a los pibes porque son pibes. Igual a la tarde, ya pasadas varias horas, me dio como una nostalgia del frapuchino y volví a caer. Seré contradictoria nomás o simplemente chav no asumida?

PS: Por el camino lo vimos a bailarin ese de la tele que tuvo un affair con Natasha Kaplinsky. Estaba en la vereda de une studio de danza posando para un cameraman con su mejor cara de pelotudo.

PS2: Natasha Kaplinsky es una que leía las noticias en la BBC y que se pasó a Channel 5 por un millon de libras. La mina es un gato mal y no me la banco, pero debo reconocer que cuando me enteré que había firmado ese contrato sabiendo que estaba embarazada y no dijo nada, una parte de mi la empezó a admirar un poco.