Extraño

Extraño salir de casa con el maquillaje puesto y despreciar a las mujeres que se lo ponen en el tren. Ahora soy una de ellas.

Extraño el glamour. Extraño los tacos, las polleras y los colores de la ropa combinada. Extraño ir a trabajar vestida decentemente. Ahora parece que me hubiese vestido en la oscuridad. El lunes me compre unas botas de goma que se ven de a cinco cuadras, a rayas blancas y negras, con un vivo rojo y (este detalle no lo habia visto hasta que marido lo señaló mas tarde) una banderita argentina en la parte de atras. Ando con esas botas por la vida, mientras la coleccion de zapatos se me caga de risa desde el placard.

Extraño los brazos y piernas delgadas del embarazo. Extraño la flacura del postparto. Extraño poder ponerme lo que se me cante y que 1) me entre, 2) no haya estado en mi ropero por los ultimos cinco años.

Extraño dedicarme a mi un poco, depilarme, ponerme crema, tirarme a mirar una pelicula que solo a mi me gusta.

Extraño tambien los dias de estar tirada al sol con Tomás en el parque. Y los sabados de fiaca en la cama con mi marido, y los domingos a la tarde tomando cerveza en el pub.