Con Tomás ahora salimos mucho caminando. Qué alivio no tener que acarrear el chango! Por mas liviano que sea, metéle un crio de casi 15 kilos y un bolso y de liviano no de queda nada.
Vamos caminando a llevar las cartas al buzón de la esquina, vamos caminando a saludar a los gatos, vamos caminando a llevar la ropa a reciclar. El domingo fuimos y vinimos caminando al parque por primera vez. Antes habiamos ido en triciclo, lo cual le habia hecho a mi espalda algo peor que lo que le hace el chango. Ahora podemos ir y venir caminando de la mano. Claro, hace falta que seamos tres porque sin la asistencia del Rubio que se lo carga a los hombros cuando se cansa no podriamos. Yo sola no puedo levantarlo hasta alla arriba!
No hay comentarios:
Publicar un comentario